Una jornada festiva y reivindicativa entristecida por la muerte repetina de un manifestante de Orereta
Bilbo vivió ayer una jornada festiva y reivindicativa en defensa de los derechos de los represaliados políticos vascos, que supuso el colofón a meses de trabajo en pueblos y ciudades de Euskal Herria. Un bonito broche final a una campaña repleta de compromiso que se vio empañada por la muerte repentina a primera hora de la noche de un vecino de Errenteria, Fausto Ansa, que había acudido a la marcha de Egin Dezagun Bidea y que se sintió indispuesto cuando se dirigía a coger el autobús en el parque Etxebarria para retornar a su domicilio. Desde la organización se solidarizaron con la familia y sus allegados.
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